18 Feb
18Feb


Cuántas veces hemos escuchado que todos los días hay que agradecer por cada cosa que tenemos y somos aún cuando el día parece poco prometedor. Nos decían nuestras madres o abuelas “sea más agradecido que hay otros queriendo la mitad que tú tienes”.

Y ahí vamos: “Gracias Padre/Dios/Universo/ángeles por la salud, comida, casa ¡y me voy corriendo porque es tarde!” Poco nos ponemos a reflexionar el para qué de esto y el porqué es real el agradecimiento.

Agradezco tener salud, perfecto, ¿Por qué lo agradeces? parecerá obvio o absurdo el detalle pero al hacer esa pequeña reflexión y decirlo, conectas con la emoción detrás de ello y ya sabemos qué sucede con la emoción, el cerebro e incluso la vibración o la señal que mandas a la vida/universo.

La gratitud tiene un impacto significativo en nuestro cerebro y en nuestro bienestar emocional. Cuando practicamos la gratitud, no sólo estamos enfocándonos en lo positivo de la vida, sino que también estamos activando ciertos circuitos cerebrales que mejoran nuestro estado de ánimo y nuestra salud mental. Aquí te explico cómo funciona:


+Activación de áreas cerebrales relacionadas con el bienestar

Cuando experimentamos sentimientos de gratitud, varias áreas del cerebro se activan, especialmente aquellas asociadas con la recompensa y el bienestar:


-El sistema de recompensas (nucleus accumbens): 

Este sistema está involucrado en las sensaciones de placer y recompensa. Al sentir gratitud, el cerebro libera dopamina (un neurotransmisor relacionado con la felicidad) y serotonina (que regula el estado de ánimo). Esto provoca sensaciones de bienestar y satisfacción.


-La corteza prefrontal: 

Esta área del cerebro está asociada con la toma de decisiones y el procesamiento de emociones. La práctica regular de la gratitud puede fortalecer la corteza prefrontal, mejorando nuestra capacidad de manejar emociones y pensamientos negativos.

+Reducción del estrés y la ansiedad

La gratitud también puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Estudios han demostrado que las personas que practican la gratitud con regularidad tienen niveles más bajos de cortisol y reportan menos síntomas de estrés y ansiedad.

Por qué ocurre esto: Cuando enfocamos nuestra atención en las cosas por las que estamos agradecidos, nuestro cerebro disminuye la actividad en las áreas relacionadas con la ansiedad y el miedo, como la amígdala, y aumenta la actividad en áreas relacionadas con la calma y el equilibrio emocional.


+Reforzamiento de conexiones neuronales

Practicar la gratitud regularmente puede "reconfigurar" nuestro cerebro. Al enfocarnos en lo positivo, el cerebro se adapta a este patrón y, con el tiempo, se vuelve más fácil notar y apreciar lo bueno en nuestras vidas.


-Plasticidad cerebral: 

La plasticidad cerebral es la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse. La práctica de la gratitud, al igual que otras emociones positivas, puede cambiar la forma en que nuestro cerebro procesa la información y cómo responde a las situaciones. Con el tiempo, tu cerebro puede volverse más "entrenado" para buscar cosas por las que estar agradecido, mejorando tu bienestar general.

+Mejora de las relaciones interpersonales

La gratitud también tiene un efecto positivo en nuestras relaciones con los demás. Mostrar gratitud, ya sea verbalmente o mediante gestos, fortalece los lazos sociales, fomenta la empatía y reduce los conflictos.

Cómo sucede esto: La gratitud activa el sistema de recompensas y también está vinculada con la oxitocina, la hormona que facilita la vinculación social y la confianza. Cuando expresamos gratitud, no solo nos sentimos mejor, sino que también incentivamos a quienes nos rodean a sentirse valorados, lo que mejora nuestras relaciones.


+Aumento de la resiliencia emocional

Practicar gratitud nos ayuda a mantener una perspectiva positiva incluso en situaciones difíciles. La gratitud nos permite ver los aspectos positivos, incluso en circunstancias adversas, lo que puede ayudarnos a ser más resilientes ante los desafíos de la vida.


Mecanismo en el cerebro: La gratitud activa el córtex prefrontal, que es esencial para la regulación emocional. Esto nos ayuda a "reencuadrar" situaciones difíciles y a gestionar mejor nuestras emociones, lo que aumenta nuestra capacidad de resiliencia.


+Mejora del sueño y la salud física

La gratitud también tiene efectos positivos sobre el sueño y la salud en general. Las investigaciones sugieren que las personas que practican gratitud antes de dormir tienen menos probabilidades de sufrir insomnio y tienden a tener un sueño más reparador.


-Efectos en el cerebro: El acto de reflexionar sobre las cosas por las que estamos agradecidos puede disminuir la actividad del cerebro asociada con pensamientos rumiantes o preocupaciones, lo que facilita un descanso más profundo y tranquilo.

Practicar gratitud no sólo es una forma de mantener una actitud positiva, sino que tiene efectos tangibles en la neuroquímica de nuestro cerebro. Activa sistemas de recompensa, reduce el estrés y la ansiedad, mejora nuestras relaciones y nos ayuda a ser más resilientes emocionalmente. Además, la gratitud tiene un impacto positivo en nuestra salud física y nuestro bienestar general.

Acción práctica: Puedes comenzar a experimentar los beneficios de la gratitud hoy mismo. Trata de escribir tres cosas por las que estás agradecido cada día, o simplemente toma unos momentos al final del día para reflexionar sobre lo que aprecias en tu vida. A medida que lo hagas de forma constante, notarás cambios positivos en tu perspectiva y en tu bienestar emocional.


¿Ya practicas la gratitud diaria desde la reflexión y conexión real? ¿Llevas un diario de agradecimiento? ¿Tienes una forma especial de hacerlo? ¡Me gustaría saberlo!

Te abrazo fuerte.

Caro.

Mis redes Instagram, Pinterest, Facebook: 

@un acompañamiento diferente

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.